‘Cerro Saturno’, somos extraterrestres
Ricardo Bajo, January 1, 2022
Originally published in Ramona Cultural
En Cerro Saturno no hay nadie, aparentemente. Es el reino del viento. Hay una laguna y una carretera que sube a ninguna parte. Apenas hay casas y un par de pilares de algo que quiere ser otra casa. En Cerro Saturno tienes cielo de sobra y una inmensidad que empequeñece. La luna es una diosa buena. Estamos cerca de la cumbre, abajo -de un lado- está el paraíso (según nos contó el abuelo Emeterio); de otro lado, la gran ciudad metida en un agujero con lucecitas nocturnas de natividad. Se viene tormenta.
En “Cerro Saturno” nadie habla, ni siquiera hay personajes. Solo sopla el viento, otro dios bueno. Los pasajeros -difuminados por un presente gris- están resguardados en sus naves. Los extraterrestres tienen miedo a la lluvia, son como los ladrillos antes de la cocción y el secado.
Los viajeros -de la ciudad al campo, del campo a la ciudad- son alienígenas. Parten a la conquista de un espacio desconocido. Son fantasmas a la búsqueda de un nuevo barrio colgado en las alturas. Solo ellos pueden ver un futuro mejor. Nosotros solo vemos líneas y formas, apenas. Todo está en blanco y negro. En el próximo milenio, “Cerro Saturno” se verá a colores. Y lo extraterrestres que seremos saldremos a buscar otro cerro. Y haremos otro cortometraje. Y el primer plan general fijo de dos minutos reposará silenciosamente sobre Cerro Satélite.